12.8.04

Tantas cosas que decirte...

... que no sé cómo empezar.

Todavía puedo recordar el día en que te levantaste de mi lado y empecé a ser consciente de tu existencia. Válgame Dios! De repente fue como si me hubiese elevado contigo, muy a menudo me has provocado esa sensación. De mareo, de altitud. Pero nunca he sentido el vértigo. Hasta hoy. Yo misma y a mi lado una replica de mí que lo hace todo igual para que yo lo observe, como a cámara lenta. Mis sueños concentrados en un sólo instante y toda mi vida pasando por delante de mis ojos como imaginando lo que podría construir tan sólo a partir de este momento.

Y nuevas variables. Yo intentando dividirme y tantas dudas al frente que no sé como explicarme.

Me temo que nada ha sucedido como yo me propuse. Debo dejar de hacer suposiciones y dejar simplemente que las cosas pasen. No lo sé, es como si cada una de las frases de alguna cutre-canción hubieran pasado ya por mi cabeza preconstruidas por mí.

Qué triste.

5.8.04

inferno


Comunicación. Recoge tus cosas. No hagas ruido. Quita de en medio. Eres idiota o qué? Con el interés que pones... Baja la música. Cierra la ventana. Abre esa puerta. No pierdas el tiempo. Cuelga el teléfono. Apaga la tele. Cállate.

Llevo demasiado tiempo encerrada en mi mundo decoroso sin darle importancia a las pequeñas cosas que me han convertido, poco a poco, en el monstruo que soy ahora.

Identificación. Ninguna. No me identifico. Saturada de leyes físicas, aproximaciones por suma de integrales (mira aproxímate a mí como quieras) tiempo que estoy perdiendo que tiende a infinito cuando la ilusión tiende a cero. Desviación típica de mi personalidad cuando te tengo delante. Cómo pudiste hacerme esto a mí?

Situación en el mapa. No lo sé muy bien. Y por aquí no hay muchas indicaciones. No tengo tiempo para nada que no sea discreto, no me permito pensar en nada que no se pueda contar, medir o expresar en alguna unidad del sistema métrico internacional. Por eso no sé cuánto de felicidad me queda, ni que cantidad de paciencia he perdido estando triste, cuánto de triste? un tercio de lo que parece más la raíz cuadrada de lo que es?, me gustaría haber contado mis sonrisas, haberles restado mis lágrimas y comprobar que, a pesar de todo, la cantidad resultante es positiva, simplemente mayor que cero.
No me encuentro, he olvidado cosas que me hacían reír. Ahora sólo leo prospectos. Hojas informativas para el paciente, pero cuanto más paciente soy menos paciencia me queda.
Las cosas ya no son como antes.

Rehabilitación. Hablo y no se me ocurre nada especial ni emocionante que decirte porque tengo la cabeza llena de razones, sin razón. Porque para mí resulta tranquilizante saber, que pase lo que pase, uno más uno son dos, en un universo paralelo en que sí puedo controlarlo todo, calcularlo todo, con tanta precisión como yo quiera. Donde las equivocaciones tienen una explicación perfecta.

El corazón ya no se me acelera porque sigue una ecuación lineal que hace pum pum exactamente cada 0,7058 segundos, 85 pulsaciones por minuto en reposo. Tengo que realizar movimientos exagerados con mi cuerpo para conseguir alterar esta constante en mi vida. Es como si mi parte sensorial se hubiese desconectado de mi parte funcional, de mi organismo y ahora no hay forma de acelerar mis latidos que no sea mediante un estímulo físico. Las emociones han quedado desterradas, quizá últimamente estén unidas virtualmente mediante un cordón umbilical de ondas hertzianas con la televisión y el ordenador. Así, en lugar de sentir cada beso, lo coloco en una base de datos por orden de intensidad [índice primario] y luego por duración. Últimamente estoy pensando añadir el campo: grado de humedad. Y así me va. Dando tumbos en R3, sobrada de dimensiones. Y me encierro, me rebozo y me embadurno en la angustia, y me inyecto un poquito de violencia, que no viene mal de vez en cuando.

Pensar demasiado en el momento equivocado. Embarcarse en la tristeza es como lanzarse por una pendiente con los patines puestos. Uno no sabe muy bien como será el camino, pero no queda duda de que todo terminará en un tremendo trompazo.
Es difícil intentar evolucionar cuando, en el mejor de los casos, antes de empezar, resulta que todo el mundo tiene algo que decir sobre tí, si bien, no tienen idea de nada. Mi existencia se ve turbada por seres vivientes (que no vivos), personajes inoportunos, voces sin cara, que se “acercan” (físicamente) para recordarme que tengo mala cara, que estoy pálida... cuándo vas a terminar lo que empiezas?, vaya greñas llevas, no te queda bien esa ropa, porqué eres tan destructiva, estás enfadada con el mundo?, habría que, tienes que, estás demasiado delgada, eres muy egoísta, no haces nada por nadie, no se te oye cuando hablas, qué?, perdona?...

[no, no te perdono, de hecho te la guardo desde el fondo de mi corazón lastimado]

... eres demasiado pequeña, recoge tus cosas, no hagas ruido, quita de en medio, eres idiota o qué?, con el interés que pones..., baja la música, cierra tu ventana, abre esa puerta, no pierdas el tiempo, cuelga el teléfono, apaga la tele, cállate ostia.

Y no te olvides de blindar tu corazón para que todo esto no te afecte porque de otra manera significará además, que no tienes personalidad.

Y vosotros que sois? The beautiful people. (It’s all relative to the size of your steeple),

Y qué. Que eso hace sacar lo peor de mí. Y en lugar de aprender, cada vez me alejo más. Me alejo tanto que eres un punto difuso para mí. Por un instante salgo a flote, pero suele durar poco, y en uno o dos días me vuelvo a hundir, voy bajando, voy bajando, voy bajando, voy bajando... y vuelta a respirar con dificultad. A respirar sin ganas. Y lo odias, tu no sufres, luego no entiendes que yo lo haga (tu no piensas luego yo no existo?). Tranquilo, las cosas van a cambiar. Así vas ensayando.

Crueldad.
Mitigación más bien. Ya no estoy triste, estoy afectada, porque miras a tu alrededor y es para echarse a llorar. El diablo es optimista si cree que puede hacer peores a los hombres. Ya no estoy triste, estoy decepcionada, porque hago las cosas con mimo, y con todo mi empeño, y luego no obtengo resultados y mi confianza se convierte en con-esperanza. Y espero... y me quedo esperando.
Ya no estoy triste, estoy agotada, y llorar me des-agota.
Me des-hago-toda.
Intento concentrar los instantes efímeros de felicidad con esa sensación de calor excesivo, abrasada dentro de mi propio cuerpo, enterrada entre mi propia piel, afectos secundarios?, efectos secundarios de lo que me quema día a día.

Y Dios?
Dios en todas partes y también en ningún lugar cada vez que lo necesito, me evita hasta tal punto que ya ni siquiera contesta mis llamadas. (I am overgrounded, outselling it Since God thinks I don't exist...) a Dios lo inventamos y reinventamos cada vez que necesitamos algo distinto.

Sinceramente

No creo que haya un cielo para mí que no seas tú.
Ni un infierno que me queme más que estar sin ti.