Todavía puedo recordar el día en que te levantaste de mi lado y empecé a ser consciente de tu existencia. Válgame Dios! De repente fue como si me hubiese elevado contigo, muy a menudo me has provocado esa sensación. De mareo, de altitud. Pero nunca he sentido el vértigo. Hasta hoy. Yo misma y a mi lado una replica de mí que lo hace todo igual para que yo lo observe, como a cámara lenta. Mis sueños concentrados en un sólo instante y toda mi vida pasando por delante de mis ojos como imaginando lo que podría construir tan sólo a partir de este momento.
Y nuevas variables. Yo intentando dividirme y tantas dudas al frente que no sé como explicarme.
Me temo que nada ha sucedido como yo me propuse. Debo dejar de hacer suposiciones y dejar simplemente que las cosas pasen. No lo sé, es como si cada una de las frases de alguna cutre-canción hubieran pasado ya por mi cabeza preconstruidas por mí.
Qué triste.
No hay comentarios:
Publicar un comentario