21.7.08
nada que perder
no me da miedo decir que hoy me he levantado pensando que nada poseo
que si alguna vez creí tener algo "mío" fue más un acto de dominio propio y de egoísmo infantil que de adjudicación divina
no me sorprende que a día de hoy no pueda perder nada, ya que todo lo que tengo lo llevo conmigo, de modo que la única desgracia verdadera para mí sería acabar bajo tierra
y eso es algo inevitable, que acabará por suceder
cosa que me anima a vivir cada día como si fuera el último, como si la niña de la foto, que no es otra sino yo, nunca jamás hubiera crecido y necesitara estar saltando a cada instante desde la piedra más alta
nunca tuve vértigo a nada
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario