1.11.04

congelados

No me esperabas? No importa, la verdad es que yo tampoco ansiaba venir. Que me deshagas en mil sin conocerme no me preocupa estoy acostumbrada al dolor gratuito en medio de la nada, lo que realmente me preocupa es que pierdas tu tiempo en mí. No me odiabas? Olvídame, yo haré lo mismo.
Para mí hay dos tipos de personas, dos tipos de lugares. En realidad dos sensaciones térmicas. Frío. Y calor. Y aquí siempre he tenido frío, me siento congelada. Por fuera y por dentro.
Como si yo fuese la otra parte del imán y justo antes de entrar me hubiese retorcido y al darme la vuelta lo repelo todo. Tu luz y tu sombra, tu silueta estirada y esa cara de pena. Has tenido un mal día? Cuánto me alegro.
Incómoda como nunca aguanto el momento del tirón y los minutos me parecen horas, se me salen las entrañas por la boca y creo que tu pequeño corazoncito no podría soportar todo lo que yo quisiera decirte. A pesar de tener una paciencia infinita y mantener la calma en los peores días, no hay animal tan manso que atado no se irrite, y a veces se me viene a la cabeza un torbellino de agresividad revolucionada, violencia de género femenino. Mujer pensante, mujer despierta, mujer que lucha, mujer violenta... Y no pongas límites a mi alrededor porque los destruiré uno a uno llevándome por delante todo lo que haga falta. Tu incluido.
Desear el mal a alguien nunca está justificado, yo ahora ignoro lo que te queda de existencia pero te deseo todo el dolor que te mereces y escribo tu nombre en un papel que doblo siete veces para que sólo puedas hacerte daño a ti mismo. Y te congelo.
No sé porque extraña razón cada vez que congelo a una persona desaparece automáticamente de mi vida y no la vuelvo a ver.
Es como si trasladara todas las sensaciones negativas al polo norte para que se queden allí, y todas vuestras malas intenciones se quedan heladas en el fondo de mi frigorífico, 23 papelitos cuidadosamente doblados y colocados bien al fondo para bloquear en mi vida todo aquello que no quiero. Estar en mi lista negra no debe ser agradable, una vez más recurro a mis esfuerzos por que nadie me haga daño y sin que me conozcas de nada y sin que te conozca yo a ti, por una simple sensación he decidido que no quiero que entres en mi vida jamás. Y así será porque estás muy lejos de mí. Muy al fondo. En el sitio de los congelados.
(Des)encantada de haberte conocido.

Ácida S.

No hay comentarios: