21.12.04

insomnio



Llevo más de dos horas dando vueltas en la cama. Y nada, ni el más mínimo bostezo.
Cansancio sí, aburrimiento quizá, pero sueño no. Ni un resquicio. A pesar de tener el cuerpo reventado por dentro y las neuronas a punto de estallar parece como si no hubiese forma humana de conciliar el sueño. Y así paso las horas, los días, las semanas, luego van pasando los meses y al cabo de un tiempo te das cuenta que han pasado años y que ni las pastillas ni los peores libros han podido hacer nada por tí.
Mas que hacerte perder el tiempo.
Y lo peor es que de día, cuando caminas bajo la sombra ocultando esa estampa cadavérica, lacia y ojerosa, parece como si todo el mundo entendiera a la perfección tu problema. Como si la causa fuera tan evidente y la solución tan sencilla que en lugar de parecer insomne... lo que pareces es tonta del culo.


Y yo me río... a carcajadas de vuestras soluciones verbales ocasionales y gratuitas. De verdad, he oido de todo.
0: Tengo insomnio

1: Pues tienes que dormir más. Eso es porque no comes bien. Claro como nunca estás relajada. Es porque te acuestas muy tarde. Has probado beberte un vaso de leche caliente antes de irte a dormir? Has probado leer la biblia?...

Creo que he probado hasta darme de cabezazos contra la pared. Y nada. Son muchos años ya de remedios caseros, de medicamentos, de consejos, de consuelos... pero nadie me ha preguntado qué siento.

Nadie sabe ni quiere saber qué se siente cuando dan las 6 de la mañana y llevas desde las 11 de la noche en la cama con los ojos abiertos simplemente pensando. Qué se siente cuando después de conseguir dormirte por fin a las 4 de la mañana te despiertas a las 7 con sudor frío en la frente de la pesadilla más horrible que nunca has tenido. Con tanto miedo a que se repita que prefieres quedarte despierta agarrada a la sábana hasta que amanezca, y la pesadilla se recrea en la realidad: un día más que duermo 3 horas. Echando de menos aquellos primeros años en que dormir era un placer que duraba 7 u 8 horas y las sábanas se pegaban calentitas a la piel y al corazón.

Yo sueño con grandes camas, con sábanas de seda y con almohadas gigantes y yo hundida hundida h u n d i d a hasta que me pierdo y me quedo allí para siempre recuperando los sueños perdidos, donde jamás volveré a tener esa sensación de estar muerta por dentro por llevar una semana descansando dos míseras horas al día.
Yo no sé la solución de los problemas de los demás. Ni tan siquiera sé la de los míos. Y sin embargo parece que todo el mundo sabe como solucionar mi insomnio.

Pero yo sigo despierta.

Ácida S

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