15.1.08

forever


De nada valen las terapias, las frases hechas, las lágrimas, las horas al teléfono, cada esfuerzo...

Perdéis el tiempo.

Porque al final la gente no cambia.

El cosmos nos une de par en par. El tiempo sólo atenúa nuestros imanes internos. Para que no dure la pasión. [Otro exceso] La rutina es una aguja oxidada con un hilo fino y sucio que os cose a uno contra otro. Que tira y desgarra la piel. Para que cualquier intento de huir, duela.

Las terceras personas, necesarias pero meras interferencias.

Y como el universo está en equilibrio a pesar de mi estado interno de entropía, lo que amas, lo que ves y lo que no quieres ver, son una misma cosa. El reflejo de lo que aportas al resto del mundo.

Incapaces de aislar vuestra propia felicidad de ese experimento llamado la pareja, os declaráis infelices, traumatizados, agobiados, víctimas… [la infancia difícil] Cuando lo crudo sería mirarse al espejo y reconocerse: infieles, promiscuos, celosos, mentirosos, traidores, no sé, egoístas incapaces de estar solos?

Que al lado de una mala mujer siempre hay un hombre inseguro, que para un celoso siempre queda una sumisa, que para un maltratador siempre hay una manipuladora-super-encargada y que para un hijo de puta siempre queda alguna mentirosa.

Que tan malo es lo uno como lo otro, y aunque a veces me digas: qué mala es la gente… la gente también eres tu.

Y quien no coge a tiempo la tijera y no corta por lo sano, se merece seguir pegado, seguir sufriendo, seguir tirando.

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