1.8.06

storm



Hoy es uno de esos días en que mandaría a tomar por culo a todo Cristo y me cagaría en Dios setenta veces siete.
Sí.
No soy católica lo han adivinado.
Me da vergüenza la especie humana.
Encima llego a casa, leo esto http://www.lucia-etxebarria.com/diario/?p=28 y alucino, definitivamente lo que pide el destino de mí es sólo mi suicidio. Una muestra de mi fe en nada. Soltar la cuerda.

Estoy avocada al fracaso de mi propia felicidad por exceso de empatía? Quizá todos los hijos de la gran puta que carecen de ella la dejaron en el vaso del que yo bebí. Aquella vez que tanta sed traía.
Y aun así, aunque soy demasiado sensible y lo sé [y me aplaudo] hoy no respondo de mi agresividad, de la violencia que por una serie de detalles insólitos he ido atesorando a lo largo del día. En mi frasco de injusticias. [Ya casi lleno]

Gritaría a un niño de 5 años que no para de darme el coñazo y a la estúpida de su madre por no saber educarlo. Le diría a esa caradura sin vergüenza y rastrera que dejara de tomarnos el pelo a todos, que no somos tontos. Le plantaría cara a los cuatro hijos de la gran puta que se esperaron a que terminara de pasar para decirme semejante guarrada. Justo cuando darme la vuelta para contestarles ya era hacerles demasiado caso.
Yo me acepto como soy, pero reconozco que en muchas ocasiones desearía ser tan alta como la luna, y tan fuerte como conan… tener dos colmillos de veinte centímetros y echar fuego por la boca.
Sólo para que la próxima vez que pase por delante de una obra y algún albañil o tirado de la calle decida proponerme algo, pueda darme la vuelta y contestarle, para después, sin dejar de sonreír en ningún momento, poder sacarle las tripas y ahorcarle con ellas en una farola del barrio, mientras les hago tragar uno a uno todos los parquímetros de la zona azul. Me encantaría. Disfruto imaginándolo en mi mente.
Pero hasta ahora, con mi metro sesenta (que no llega) y mis 45 kilos de peso (que tampoco llegan..) lo único que puedo permitirme es apretar los puños, hacer como que no he oído nada y cagarme en toda su puta madre durante el resto del día.
Eso de “no hay mayor desprecio que no hacer aprecio” me parece estupendo, pero si cada vez que un cerdo nos dice una burrada pudiésemos poner en práctica la táctica del parquímetro… seguramente este problema social de carencia de educación básica, desaparecería completamente.

Lástima que algunos colectivos no apoyen mi método… pero no os preocupéis que cada vez somos más las que lo queremos poner en práctica.
Ácida S.

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