Tengo por norma no escribir los martes y sin embargo hoy he decidido saltarme mis principios. Debería haber tenido la sensatez de escribirlos todos en un papel, para días como éste.
“Cuando finalmente murió su padre, que seguía fumando, apenas le afectó, lo había imaginado tantas veces, que de nuevo la simplicidad de la realidad fue superada por su macabra mente retorcida. Pero por dentro estaba jodida, bien jodida.
Tanto que se fue a distraer con un niñato empresario 10 años mayor que ella, que alucinaba con sus amigos cuando aparecía con una cría de 20 años, con su pelo negro, sus ojos negros, su vestido rojo y su tacón de aguja. Un diamante en bruto para un niño pijo que quiere lucir en su bmw a una niña florero. Lo necesitó durante un tiempo, pero nunca le hizo demasiado caso. Por eso un día se hartó y lo mandó a tomar por culo. Él lloró, la persiguió, la llamó durante meses, la amenazó, en fin, dicen que todas las mujeres conocemos al menos a un tío de este tipo. Del tipo psicópata.
- Un vodka con limón.
- Invita el caballero de la mesa de billar.
- Puedo jugar?
[Así empieza todo]
Pero ella se había cansado de tantos mimos y arrullos y mi amor y mi vida y cariño y cenas en restaurantes caros, demasiado vino y poca cerveza, amigos de miradas lascivas acompañados de treintañeras que te miran por encima del hombro porque tienes mejor culo y más cerebro de lo que jamás han tenido ellas. Se había cansado de ir en coche a todas partes, de que la regalara ropa interior de tamaño tan escandaloso como su precio, de su casa, de su cama, de su piscina. De las películas americanas de estreno en el cine, de que él pagara todo, de no poder ir a un concierto, de los celos.
“Cuando finalmente murió su padre, que seguía fumando, apenas le afectó, lo había imaginado tantas veces, que de nuevo la simplicidad de la realidad fue superada por su macabra mente retorcida. Pero por dentro estaba jodida, bien jodida.
Tanto que se fue a distraer con un niñato empresario 10 años mayor que ella, que alucinaba con sus amigos cuando aparecía con una cría de 20 años, con su pelo negro, sus ojos negros, su vestido rojo y su tacón de aguja. Un diamante en bruto para un niño pijo que quiere lucir en su bmw a una niña florero. Lo necesitó durante un tiempo, pero nunca le hizo demasiado caso. Por eso un día se hartó y lo mandó a tomar por culo. Él lloró, la persiguió, la llamó durante meses, la amenazó, en fin, dicen que todas las mujeres conocemos al menos a un tío de este tipo. Del tipo psicópata.
- Un vodka con limón.
- Invita el caballero de la mesa de billar.
- Puedo jugar?
[Así empieza todo]
Pero ella se había cansado de tantos mimos y arrullos y mi amor y mi vida y cariño y cenas en restaurantes caros, demasiado vino y poca cerveza, amigos de miradas lascivas acompañados de treintañeras que te miran por encima del hombro porque tienes mejor culo y más cerebro de lo que jamás han tenido ellas. Se había cansado de ir en coche a todas partes, de que la regalara ropa interior de tamaño tan escandaloso como su precio, de su casa, de su cama, de su piscina. De las películas americanas de estreno en el cine, de que él pagara todo, de no poder ir a un concierto, de los celos.
Por fortuna, una vez algo termina, termina para siempre.
- Y tu siempre vas de negro?
- Sí, lo he conseguido, me siento completa. Me pasa como a ti con el rojo.
- No, lo mío es distinto, estoy obsesionada con la sangre.
- Y yo con la muerte.
- Se te pasará. "
- Y tu siempre vas de negro?
- Sí, lo he conseguido, me siento completa. Me pasa como a ti con el rojo.
- No, lo mío es distinto, estoy obsesionada con la sangre.
- Y yo con la muerte.
- Se te pasará. "
[Pero no se me ha pasado]
Ácida S.
Ácida S.
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