mala

Te miro mal si me da la gana. No tengo otra cara.
Y si alguna vez sonrío, es porque ya he vencido.
[En mi batalla contra el mundo]
Si no me hundo no me rindo.
Que no soy tu princesita ya lo sé.
[Hoy por mí y mañana que te jodan]
No me voy a vestir de blanco, ni me van a poner en la lápida eso de amada madre y esposa.
No soy encantadora, ni apasionada, ni simpática.
No me vas a regalar flores sin espinas. Recolectadas por mi apatía. Regadas con el férreo néctar que huye por tus venas.
[Para que llore mi madre que llore la tuya]
Que no tengo corazón más allá del dominio propio, pues soy el espíritu de la contradicción y nunca sé a ciencia cierta lo que voy a decir, ni si coincide con lo que se me pasea por la cabeza.
No me digas “tranquila” ni “relajate” porque te morderé.
[Mujer pensante, mujer despierta, mujer que lucha, mujer violenta]
Para mí no hay mejor placer que hacer eso justo que te dicen que no puedes hacer, y lo mismo me muero de ganas de tocarte y olerte, que decido no volver a verte.
Ya sé que la misma colonia no huele igual en distinta piel.

...................................................Y a mí la tuya me quema.

Ácida S.