20.8.07

old man


Si algo tienen en común todos mis buenos recuerdos, los mejores días de mi vida, es que en todos ellos apareces tú. A veces al fondo.
Borroso pero ahí.
El motor de mi conciencia.
Me cuesta reconocerlo pero me conoces mejor que nadie. Y peor que nadie también.
Y aunque has negado todo lo que no te gusta de mí, también me has enseñado cómo elegir lo mejor y tengo cada frase tuya grabada a fuego en mi mente. Frases que ni el alzheimer me harán olvidar y que quedarán como un eco sordo en mi cabeza hasta el fin de mis días. Me has dado todo lo bueno que hay en mí. Para la niña que llevo dentro siempre serás el mejor, el más fuerte. Y nunca encontraré un hombre como tú, porque ya no quedan. Lo he asumido hace demasiado tiempo.
Eres la última persona especial que he tenido la suerte de conocer.
Me has querido y protegido por encima de todo y lo sigues compartiendo todo conmigo con esa ilusión que sólo tú sabes sentir. Como si nunca te hubieran hecho daño, porque tú no le tienes miedo a nada.
Aunque no me entiendas y siempre te decepcione, ya que no soy ni la mitad de lo que esperabas. [De lo que esperábamos los dos]........ Pero me queda lo mejor de tí porque soy exacta en cada gesto, en cada mirada. Como una fotocopia reducida y matizada. Quizá una manera de que sigas vivo en mí cuando dejes de existir. Mi herencia más preciada.
Pues las lágrimas más profundas no me las ha provocado otro hombre sino tu, sangre de mi sangre. Y siempre han sido de emoción, nunca de tristeza.

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